miércoles, 27 de diciembre de 2006

CULTIVO DE GAMBAS

“Cria de gambas”
La cría de gambas es un echo no muy conocido por muchas personas y bastante curioso como para tener en cuenta. Sin embargo, los consumidores desconocen a menudo las repercusiones económicas y ecológicas de la cría industrial del camarón.
A causa de la creciente demanda de los países ricos, la cría es un negocio millonario para los productores. No obstante, los habitantes de las regiones costeras afectadas apenas sacan provecho de este negocio. Más bien temen por su futura existencia, pues la constante destrucción de los manglares afecta gravemente al ecosistema marino: los pescadores locales pescan cada vez menos y los marisqueros no pueden subsistir sin los manglares.
El eco-granja de Bahía tiene mucha importancia debido a su labor en la cría de estos pequeños crustáceos.
A lo largo de kilómetros se extienden los diques que limitan los criaderos acuáticos en la zona costera. Antes abundaban los manglares por esta zona. Miles de familias vivían de la abundante existencia de pescado hasta que hace unos veinte años estalló "el boom" de las gambas prometiendo dinero fácil. Al principio toda la producción se desarrolló de manera muy sencilla. Las piscinas se llenaban con el agua de sus vecinos los manglares y en éstas se introducían las larvas de gamba pescadas en el mar. Los criadores despejan y limpian los diques de plantas, ya que según su opinión, éstas atraen a los pájaros que diezman las colonias de gambas. Después de unas ocho o diez semanas las gambas adultas se exportaban a las ricas ciudades industriales a cambio de sustanciales ganancias para sus exportadores. La extraordinaria demanda mundial motivó a los criadores a aumentar la densidad de ocupación.
El elevado beneficio a corto plazo de la producción industrial de camarones carece a la larga de sentido ecológico o económico. Pues esta producción es, desde un punto de vista económico más general, un negocio ruinoso a costa del medio ambiente, de los recursos naturales y de la población local.




Hasta 100 camarones se concentraban en un metro cuadrado. Pero muy pronto se presentaron los primeros problemas. Al igual que en la agricultura. Las mono culturas acuáticas son muy susceptibles a los patógenos. Para aumentar el rendimiento se introdujeron productos químicos y harinas animales como alimento proteínico. Los antibióticos debían proteger a estos animales de dichos patógenos.
Hace dos años se creo la primera granja oficial para la cría ecológica de la gamba
La mancha blanca, es una de las enfermedades víricas de la gamba más temidas hasta hoy. Eliminó gran parte de su población y rebajó el porcentaje de supervivencia a un miserable 10%. El incesante aumento de los costes debía ser compensado a cada momento con más cantidad de gambas. Este círculo vicioso acabó colapsando su industria. Los recursos naturales se explotaron hasta dejar los fondos de las piscinas debilitados y anegados por la sal. La producción de gambas en el Ecuador, el segundo gran explotador mundial, cayó en el plazo de tres años más del 60% y 95% de los manglares han sido talados para reconstruir las piscinas de recría.

En la piscifactoría los camarones son criados bajo condiciones óptimas. Sin embargo hay siempre animales de crecimiento rápido y lento, de modo que según su tamaño así serán procesados.

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